sábado, 22 de agosto de 2009

Art decoq



¿Quién es el autor de esta obra de estilo naive?, ¿será algún autor contemporáneo súbdito de la abstracción?, ¿pertenece este cuadro a una nueva corriente artística como parece indicar el título de la entrada? Sólo pararos un instante a pensar quien puede ser el autor de esta imagen y enseguida os contaré la historia de esta creación.

Corría el año 2006, cuando una fría mañana de enero nos regaló la visión de un fino manto blanco que lo cubría todo, homogeneizando el paisaje y transportándonos por un rato a países de latitudes más septentrionales. Yo, fuera de mi, me hubiera querido ir a hacer muñecos de nieve o muñequitos porque la cosa no daba para mucho pero tenía que ir a trabajar. El único consuelo que me quedó fue coger la cámara y al menos así, capturar aquel momento tan extraordinario. Al llegar al polígono industrial donde trabajo en Sant Just Desvern, hice diversas fotos pero la sorpresa estaba reservada para el final. Entré en mi edificio y al subir a la terraza (4 alturas), para poder tener una mejor vista, comprobé con asombro que había sucedido en nuestro pequeño parterre verde, convertido por el momento en un inmaculado lienzo blanco. Algún ser vivo había utilizado el manto virgen creado por la nieve como una gran pizarra o lienzo para dejar su impronta de tintes claramente artísticos. Capturé aquella imagen con devoción y me felicité por como la naturaleza era capaz de mostrarme sus encantos, incluso en un polígono industrial.

Aunque no lo vi durante el proceso creativo, puedo intuir por sus huellas que se trataba de un artista muy especial. Espero no causar demasiada decepción si os digo que se trata de un artista no humano perteneciente al género de los córvidos, más en concreto, una urraca. Aquel animalillo sorprendente, había madrugado utilizando el lienzo níveo para trazar una caprichosa figura, que nada tiene que ver con el azar y mostrar sus dotes artísticas que no son más que la manifestación de su intelecto. Un cerebro de unos pocos gramos, es capaz de mostrarme que también puede desarrollar una actividad creativa, incluso atribuible al todo poderoso cerebro humano, como habéis llegado a pensar por unos momentos cuando maliciosamente pregunté por la autoría de la obra. Creo intuir que aquel animal sintió una sensación muy parecida a la que sentimos los humanos cuando caminamos sobre una superficie amplia y blanda sobre la que podemos dejar las huellas. ¿No habéis sentido alguna vez ese candor infantil al rallar una hoja en blanco?, es como si el cerebro se emocionara al descubrir un soporte virgen sobre el que poder volcarse, dejar su impronta.

No en vano, estas aves parecen ser unas de las aves más inteligentes y astutas, atendiendo a su comportamiento. Son bien conocidos rasgos que denotan inteligencia como su gran capacidad de comunicación con sus congéneres, la actuación en grupo, el almacenamiento de comida o su deleite por las cosas brillantes. Asimismo, la urraca es uno de los animales que más supersticiones y dichos tiene en la cultura popular, quizás igualada con el cuervo y el gato.

Por otro lado, un reciente estudio de la Universidad Goethe de Frankfurt ha demostrado que las urracas también pueden reconocerse ante el espejo, capacidad atribuida por el momento sólo a los primates y a los delfines. Por tanto, este estudio sugiere que las especies sin neocórtex (parte del cerebro que aporta la capacidad de raciocinio o de interpretación de las emociones) pueden alcanzar capacidades cognitivas similares a los mamíferos, a través de líneas evolutivas totalmente diferentes. (http://www.youtube.com/watch?v=HRVGA9zxXzk)

Adentrándonos en el plano psicológico, podríamos preguntarnos cual es su nivel de conciencia, entendiendo esta como el producto de la actividad cerebral. Es perfectamente posible, y así lo intuyen las personas amantes de los animales, que algunos animales alberguen emociones o sentimientos aunque sea a un nivel incipiente. Posiblemente aquella urraca hubiera agradecido una brillante moneda como pago por su creación.

Ante esta lección de humildad que la Naturaleza tuvo a bien administrarme una fría mañana de invierno, se abrieron en mi cabeza diversos interrogantes como los que siguen: ¿puede alcanzarse el plano consciente a través de estructuras físicas diferentes al cerebro humano?, ¿qué grupo mínimo de neuronas es necesario para generar una entidad consciente?, ¿seremos capaces de recrear una conciencia artificialmente?

No tengo las respuestas, quizás la Naturaleza nos las vaya dando poco a poco pero, es emocionante, ¿verdad?

Os dejo la foto original que yo coloreé burdamente para camuflar su origen.

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