jueves, 16 de abril de 2020

Muchas grandes libres



La vida en el planeta es una lucha continua de adaptación al entorno para poder aprovechar al máximo los recursos que nos brinda la Naturaleza. Lo seres humanos que habitamos este planeta nos encontramos segregados en función de una serie de rasgos culturales que definen nuestra manera de ver la vida. Y esa segregación cultural se ha traducido en fronteras políticas que constituyen los estados.
Sin embargo, nuestros problemas son los mismos en todo el globo y nuestras armas para resolverlos también. Así que, podríamos considerar que los nacionalismos excluyentes, antagónicos y contrapuestos no ayudan a nuestra vida en la Tierra.
Si nos esforzamos en ahondar en nuestras diferencias, lo único que estamos haciendo es debilitar nuestra fuerza como especie que vive y habita un determinado espacio físico.  Entonces, ¿por qué hay personas que anteponen su sentimiento identitario de pertenencia a un grupo reducido como única forma de entender la realidad? La respuesta es el miedo.
Si yo comparto con un grupo de personas una forma de ver la vida y me siento protegido dentro del modelo que nos hemos construido, ¿cómo pretendes que abandone esa seguridad para intentar entenderte? Antes de cambiar mi estado mental, intentaré por todos los medios que tú aceptes el mío. Y cuando digo “por todos los medios” me refiero principalmente a hostias, es decir, mediante la dominación física, ya que por la confrontación de ideas es prácticamente imposible que el ser humano acepte una derrota dialéctica.
Pero voy al mensaje que quiero transmitir. Cuando aparece una amenaza real, seria, que no entiende de fronteras dibujadas en mapas, entonces se obra el milagro y todas esas diferencias que hemos estado ahondando durante años son alisadas en pocos días y nos damos cuenta de que la lengua, las tradiciones, la religión, las manifestaciones culturales son solo una costra superficial que es arrancada rápidamente para dejarnos completamente desnudos e “iguales”. Es decir, una amenaza seria nos devuelve de golpe al plano de la realidad, de lo realmente importante y borra de un plumazo todo el folklore antagónico y desleal que hemos ido construyendo con los años.
Yendo al caso de España, yo tengo totalmente claro que las personas que habitamos la península NO SOMOS DIFERENTES. Todos venimos de una rica argamasa que ha sido fermentada a lo largo de siglos de historia y ha constituido un todo, eso sí, muy rico en expresiones culturales. Pero señores no utilicemos esa riqueza cultural para imaginarnos diferencias que no existen, no usemos las sevillanas, las sardanas y las jotas para tirarnos los trastos a la cabeza sino para alegarnos de ser un pueblo con una riqueza cultural que ya quisieran otros. No intentemos borrar de nuestra alma una parte de nosotros porque “según dicen algunos señores cortos de miras” esa parte nos viene impuesta, no es natural y propia nuestra. Para que quede claro, ¿qué sentido tiene que un catalán hable mal castellano a propósito y se vanaglorie de lo mal que lo habla? El catalán es la lengua nativa de los catalanes pero también lo es el castellano porque como son personas inteligentes pueden ser perfectamente bilingües y hasta plurilingües. La inmensa mayoría de los catalanes, de los vascos y de los gallegos y hasta de los andaluces hablan PERFECTAMENTE el castellano. ¿No es ser un poco borrico hacer el intento de BORRAR de su mente ese castellano que hablan tan bien?
Y eso de que un catalán no piensa como un andaluz, ¿tiene algún sentido? ¿Por qué no se lo preguntamos a catalanes hasta la médula que tienen apellidos como Huerta, Serna, Ruíz,  o Toledo? Volvemos enseguida a la patochada de los ocho apellidos vascos o catalanes. Y aquí como emblema de una palurdez desafiante se encuentran los términos charnego o maqueto, usados por aquellos que ven la riqueza de las señas de identidad como una afrenta.
¿Existe el derecho de autodeterminación para un territorio y unas gentes que forman parte de la esencia misma del cuerpo del que se quieren separar? ¿Han sido Cataluña, Galicia o el País Vasco conquistados y sometidos y humillados por España? ¿O son Cataluña, el País Vasco, Galicia, Castilla, León, etc… el germen del nacimiento de España? Quizá si lo aplicamos a la Unión Europea, se entienda mejor. El formar parte de la Unión Europea, ¿responde a que la Unión Europea nos ha conquistado y nos ha dominado? o por el contrario, ¿la unión de los países, como las piezas de un puzzle ha creado un ente político mayor que tiene más fuerza y más capacidad? Es cierto, que Gran Bretaña ha decidido, no sin dolor, salir de la Unión, pero ¿formó Gran Bretaña parte alguna vez de la unión política de Europa?
He traído este tema a colación, precisamente ahora, porque la epidemia que asola el mundo y la reacción de los españoles apoya contundentemente mi punto de vista. Todos nos hemos alineado con la terrible realidad que nos asola, todos hemos dado una respuesta conjunta, y no me refiero a los políticos, sino a las gentes de España. Todos los profesionales que con su esfuerzo diario luchan contra la enfermedad constituyen un todo uniforme y el resto de personas, excepto algún insolidario, hemos hecho lo que nos correspondía hacer en un momento tan duro como este. Así que no tengo que gastar más palabras para demostrar que cuando bajamos de las nubes independentistas a la realidad de la tierra que pisamos, las gentes de todo el PAIS responden con los dos valores que para mí son clave: RESPETO MUTUO Y SOLIDARIDAD.
¡Qué gracia hace ver ahora a los independentistas como Torra haciéndose la picha un lio con el ejército en sus calles! Un día dicen que no les gusta y el siguiente que el ejercito lo pagamos todos los catalanes. Y los Urkullu y los Rufianes diciendo cosas que nadie escucha, las mascarillas que llevamos también nos protegen de sus tonterías.
Los mismos valores de RESPETO MUTUO Y SOLIDARIDAD se han extendido por todo el planeta y han retratado muy clarito a los gilipollas cortos de miras que no ven más allá de donde llega su ego: Trump, BoJo, Bolsorano, Cobrador, y unos cuantos más…
Resumiendo, el COVID19 no tiene nada de bueno, pero si tuviera que forzosamente decir algo, sería el baño de realidad que ha destapado a todos los gilipollas y sus gilipolleces que enredan cada día este mundo en el que vivimos. Ahora, ya sabemos a qué atenernos.

domingo, 12 de abril de 2020

Una historia de lobos, ovejas y tiburones



La existencia de miedos ancestrales a las epidemias explica que sea fácil manipular a la población respecto a las enfermedades infecciosas, como bien demuestra el caso de la "pandemia de gripe A” (gripe aviar H5N1 y posterior gripe porcina H1N1). Durante esas pandemias, los medios de comunicación de masas utilizaron un lenguaje militar atemorizante que llevó a la población a exigir medidas de combate para defenderse ante el "ataque".
Empezando por el principio, entre 1990 y 1995, a partir del anís estrellado, se desarrolló el oseltamivir por Gilead, empresa de Estados Unidos que lo patentó en 1996.
Al año siguiente Donald H. Rumsfeld, que ya era accionista de la empresa, fue nombrado Presidente del Consejo de Gilead Sciences, donde ejerció hasta principios de 2001, cuando se convirtió en el Ministro de Defensa (cargo que ocupaba por segunda vez) de la administración Bush.
En 1996, Gilead Sciences vendió por 50 millones de dólares los derechos de explotación comercial a Roche (empresa Suiza) la que a su vez lo puso en el mercado con la denominación de Tamiflu.
Gilead Sciences Inc. firmó contratos hasta 2016, según los cuales Roche le proporciona el 10% de los beneficios de la comercialización de Tamiflu.
La FDA también aprobó la comercialización de Tamiflu en 1999, con ensayos clínicos que habrían probado la disminución de la duración del cuadro gripal pero que arrojaban un dudoso impacto sobre las complicaciones y muertes.
De hecho, hasta la oportuna llegada de las supuestas epidemias de gripe aviar, Tamiflu se vendía tan poco que se pensó incluso en retirarlo del mercado.

Gripe Aviar

Luego vinieron el Síndrome Respiratorio Agudo (SARS), la gripe aviar (virus H5N1), ..., y todo se arregló.
No en vano en 2005, Fortune Magazine describió a Gilead como una de las empresas del sector de la industria biotecnológica más conectadas políticamente. Los sucesos siguientes demostraron lo acertado de su apreciación.
En agosto de 2005, un comunicado de la OMS informó que Roche donaba a la comunidad internacional 3 millones de tratamientos de Tamiflu para su uso en la lucha contra la gripe aviar de los países pobres.
No sabemos si Roche hizo otra "donación" a la OMS para que ésta añadiese en su comunicado el siguiente aval a la eficacia del medicamento: "En una pandemia, si se combina con otras medidas, la administración de Tamiflu podría ayudar a reducir las enfermedades y muertes y contener la explosión del virus o enlentecer su propagación". Por si fuera poco, la OMS recomendó a todos los países que almacenaran reservas de antivirales como Tamiflu.
Esta hábil operación de marketing, que combinaba una caridad interesada con una promoción de su dudosa eficacia, hizo que Tamiflu, de ser un medicamento a punto de retirarse, se convirtiera en un medicamento estrella.
Simultáneamente a esta propaganda se desarrolló una campaña de terrorismo mediático que tenía su epicentro en Estados Unidos. El gobierno de Bush en otoño de 2005 sembró el pánico, y afirmaba que “un mínimo de 200.000 personas morirá de la Pandemia de la Gripe Aviar pero que estas cifras podrían llegar, en el peor caso, a ser como de 2 millones de muertes, sólo en los Estados Unidos”.
La campaña de miedo justificó la compra masiva de 80 millones de dosis de Tamiflu. Los Estados Unidos habían colocado un pedido de 20 millones de dosis a 100 dólares la unidad, por un total de 2 billones de dólares.
Donald H. Rumsfeld, Secretario de Defensa, encargó comprar Tamiflu por valor de 1.000 millones de dólares para inyectárselo al personal militar de los EE UU desplegados en todo el mundo, por "precaución", aunque se demostró que Tamiflu no era ningún antídoto para el virus H5N1.
Además, el precio de Tamiflu subió de unos 40€ en 1999 (fecha en que Roche lo sacó al mercado) a 377€ en 2005.
También fue un excelente negocio para Gilead. Según la revista Fortune: "Con el temor de una pandemia, las acciones de Gilead en 6 meses aumentaron de 35 a 47 dólares"
El fulgurante ascenso de las ventas de Tamiflu produjo millones de dólares para Roche, para Gilead y para sus accionistas como Donald Rumsfeld. La revista financiera USA Fortune reveló que Rumsfeld era el afortunado propietario de al menos 5 millones de dólares de acciones de Gilead Sciences. Inmediatamente después de la publicación del artículo en Fortune, Rumsfeld dijo que nunca había considerado la venta de sus acciones a principios de ese año (2005), cuando la cuestión de una posible pandemia comenzó a surgir. Fortune también reveló que el ex Secretario de Estado, George Schultz, estaba en el consejo de administración de Gilead, y que no tuvo los reparos de Rumsfeld. Vendió $ 7 millones de acciones desde principios de 2005. Pero lo cierto es que fue un excelente negocio para ambos, puesto que las acciones de Gilead subieron en un 700 % en las semanas siguientes y Donald Rumsfeld se embolsó unos cinco millones de dólares.
Sesenta naciones lo compraron para garantizar reservas en caso de epidemia, las farmacias fueron prácticamente asaltadas por los ciudadanos sumidos en la paranoia antiaviar.
En marzo de 2005 Tony Blair ordenó al Gobierno del Reino Unido que comprara suficiente cantidad del medicamento Tamiflu como para abastecer al 25% de los 56 millones de ciudadanos británicos.
Alemania: en junio de 2005 compró a Roche 150 millones de Euros de Tamiflu (12 millones de tratamientos).
España: a mediados de 2006 compró un millón trescientos mil Euros de Tamiflu (116.000 tratamientos).
Las fábricas de Roche se pusieron a trabajar 24 horas al día. Desde 2004 hasta finales de 2006, la producción se multiplicó por 10.
En 2005, las ventas de Tamiflu eran ya superiores a mil millones de euros. La producción de drogas prevista para 2007 era de 300 millones de dosis.
Así que Roche se forró incrementando la producción de Tamiflú en 2005, después de que se desatara la campaña terrorista según la cual en los países asiáticos había una epidemia de gripe aviar.
Finalmente la terrible y mortal cepa de gripe aviar, que hizo temblar a todo el mundo, no fue para tanto pero el gasto ya estaba hecho.

Gripe Porcina

A pesar de la falta de eficacia contra el virus de la gripe aviar H5N1, en 2009 el fármaco Tamiflu vuelve a protagonizar el escenario de la nueva epidemia de gripe porcina (virus H1N1). No sólo está siendo impulsado por la Organización Mundial de la Salud, sino también por los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos como el medicamento número uno de elección para la gripe.
Exactamente igual que hizo Bush con la gripe aviar, el Presidente Obama solicitó al Congreso un financiamiento complementario de 1,5 mil millones de dólares para enfrentar la crisis de la gripe porcina.
Inmediatamente Roche dijo que tenía disponible 3 millones de dosis de Tamiflu y que podía fabricar 400 millones de dosis al año.
Desde el comienzo de la supuesta epidemia, comenzó la paranoia de acumular stocks de Tamiflu exactamente igual que sucedió con la gripe del pollo.
México tenía 1 millón de dosis, lo que significa que para un país de 100 millones de habitantes, sólo había para el 1% de la población y que había que comprar más.
Estados Unidos tenía 50 millones, con lo que cubriría algo así como un 16.66% de su población.
El gobierno suizo anunció que compraría 2 millones para proteger al 25% de su población; igual que Portugal.
El Reino Unido, que ya tenía 35 millones, anunció que aumentaría su reserva a 50 millones.
España tenía 10 millones de dosis. Tan sólo Andalucía, la comunidad más poblada, tenía 1,7 millones, lo cual cubre el 20% de su población; igual que Aragón: 250 mil unidades para el 20% de la población.
Gracias a este nuevo fraude, Gilead y Roche vuelven a forrarse como lo hicieron con la gripe del pollo.
Aumento del precio de las acciones de Gilead en el New York Stock Exchange (NYSE) tras declararse la epidemia de gripe porcina: de 45.000 millones el día 23/04/2009 a más de 48.000 millones el 28/04/2009.

Sólo con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron el 3%, las de Roche un 4%, y las de Glaxo el 6%.

En los 7 primeros días hábiles de bolsa que ha habido desde la irrupción de la gripe, la cotización de Roche subió un 7,1%, lo que significa que ahora vale 5.856 millones más o que ha atraído inversiones por esa cantidad. GlaxoSmithKline, en esos 7 días ha aumentado su valor un 4,5%, en total, 2.996 millones de euros.

Evolución histórica de las acciones de Gilead



La subida del 2015 parece que fue debida al lanzamiento de dos nuevos medicamentos, Sovaldi y Harvoni, que tienen como objetivo curar la hepatitis C.

COVID-19
Y señores, ¡lo vuelven a hacer! Ahora con su antiviral remdesivir.



Eso sí, como siempre por caridad humana, ja, ja, ja.

La gran diferencia del COVID-19 con respecto a las gripes aviar (H5NI) y porcina (H1N1) es que ahora sí que necesitamos algo que funcione porque realmente está muriendo gente. Así que no creo que les funcione de nuevo el truco del tocomocho puesto que remdesivir tendrá que demostrar que es realmente eficaz en dura liza contra otros abordajes terapéuticos.
En este caso no nos podemos permitir la propaganda para que unos cuantos tiburones se hagan multimillonarios porque la realidad es lo suficientemente dura como para que el vencedor se lleve algo más que dinero.

martes, 7 de abril de 2020

Cuando el náufrago de la isla desierta fue rescatado



En este 2020, una parte importante de los ciudadanos del mundo hemos sido deportados a nuestra isla desierta particular. No se han admitido excusas y las fuerzas del orden nos han acompañado, casi a punta de pistola, hacia un retiro forzoso en nuestra isla familiar.
Pero no todas las islas son iguales. Unos se han ocupado de tener grandes islas, con mucha extensión, pero bastante desiertas. Otros, sin embargo, tienen islas más pequeñas pero llenas de cosas.
En nuestra isla hemos comprado tranquilidad y mucho tiempo a cambio de experiencia vivencial, que es lo que hemos pagado. Nuestra isla es como volver al vientre materno durante una temporada, protegidos de la hostilidad exterior y preparándonos para volver a nacer algún día, no tan lejano.
Ante esta coyuntura, muchos nos hemos preguntado ¿y qué me llevo yo a una isla desierta?¿recordáis las clásicas respuestas? Un libro, un mechero para hacer fuego, una cuerda, un sombrero, una tienda de campaña….
Pues no, esos objetos no han sido los que el ciudadano del siglo XXI se llevaría a una isla desierta. Basándome en datos objetivos puedo decir que el humano actual se llevaría papel higiénico a una isla desierta situando sus máximas aspiraciones en mantener el culo limpio, que podría interpretarse benévolamente, como el deseo de mantenerse sano. En definitiva, necesidades básicas.
Al cabo de unos días, ha pasado un barco de suministros por las distintas islas preguntando que deseaban sus habitantes. Estos habitantes ya habían descubierto que las hojas de palmera servían para tener el culo limpio, así que lo que han pedido en masa ha sido cerveza y chocolate (excepto USA que ha pedido armas) para reavivar el fuego de las recompensas mentales y empezar a velar por la salud mental.
Por otro lado, algunos habitantes de las islas, los menos capaces de realizar introversión y vida contemplativa, han empezado a intentar comunicarse con las otras islas mediante diversos medios, señales de humo, mensajes en una botella, aplausos, música a las 8, tambores lejanos. Vamos, toda una serie de creativas maneras de romper la soledad de la isla que, por otro lado, es una de las condiciones que definen el vivir en una isla.
Otra vez ha pasado el barco de suministros por las islas y en esta ocasión el producto estrella ha sido el whisky. Bebida que demostraba a las claras que los habitantes de las islas habían decidido evadirse de la realidad, es decir, deprimir su nivel de conciencia para que el tan preciado tiempo que habían comprado al entrar en la isla pasara rápido sin sacar de él el más mínimo provecho.
Al pasar el tiempo, algunos ciudadanos más optimistas nos hemos dado cuenta de que pensar en qué haremos cuando podamos salir de la isla es una droga aún más fuerte que el alcohol para poder soportar el encierro. Pues eso, ¿habéis pensado ya qué haréis cuando podamos salir de casa sin necesidad de sacar al perro, ir a la farmacia, o ir a comprar alimentos?
¿Qué es lo primero que haréis una vez rescatados de la isla desierta? ¿Ir al cine, a un bar, ver a la familia que había quedado atrapada en otras islas? Yo personalmente pienso en echarme al monte y perderme por el bosque durante varias horas.
Y, sin embargo, ya intuís que no funciona así. No va a haber un botón de on/off que resetee la realidad y elimine ese programa que se había quedado colgado. Vamos a estar obligados a seguir protegiéndonos, a evitar en la medida de lo posible el contacto social, a no darnos la mano, ni abrazos, ni besos y a evitar al animal más peligroso en esta crisis, el humano. Así como, a pagar la astronómica factura económica de este retiro espiritual forzoso.
Por tanto, no se trata de buscar en el exterior el lugar al que iremos cuando acabe el confinamiento sino de buscar en nuestro interior. De morir para volver a nacer, dejando en la isla desierta la persona que éramos para salir a una nueva realidad, ya cambiada para siempre como personas nuevas que han aprovechado el encierro forzoso como una catarsis renovadora. Y diré más, no se trata de que cada uno de nosotros nos vayamos a un lugar diferente sino de que todos suframos una epifanía conjunta y solidaria que nos haga más fuertes y más sabios para construir una nueva sociedad.

lunes, 6 de abril de 2020

Iván Redondo haciendo trucos de magia



Primero de todo decir que a los votantes socialistas les gusta la magia entendiendo como magia aquello que parece pero no es. Lo siento por ellos pero también hay que entender que en estos momentos de confinamiento, en algo han de entretenerse.
Dicho esto, de todos es sabido que cuando un país sufre una amenaza seria suelen dejarse de lado todas las gilipolledes en las que solemos entretener el tiempo, los políticos y el gran público en general, para centrarnos en lo realmente importante que es salvar el pellejo. O sea, que las amenazas y los enemigos serios tienen un efecto de enfoque en los problemas reales de la gente y eso podríamos decir que es un rasgo positivo de toda esta mierda que estamos viviendo ahora.
El corolario que se desprende es que, rencillas de patio de vecinos al lado, todos se ponen a disposición del líder de turno en ese momento. Se habla de gobiernos de concentración, de arrimar el hombro todos, de no perder el tiempo en los detalles y actuar de forma ejecutiva atacando directamente el problema mollar. Esto le da un poder inmenso al líder de turno, prácticamente puede hacer lo que le dé la gana, quiero decir, aplicar la solución que más correcta le parezca sin tener que consultarlo con nadie, ¡el nirvana de todo político! Y Pedro Sánchez no iba a ser menos. Debe sentir los efectos de grandes dosis de endorfinas al constatar que ha pasado de ser un presidente “por los pelos” y fuertemente hipotecado por intereses particularistas a gran jefe de estado, a gran estadista en el que la historia ha depositado la responsabilidad de salvar a un país, España, dar lecciones a la UE e incluso dar lecciones al resto de la humanidad.
Iván Redondo lo tiene claro, -Pedro, ahora eres Winston Churchill o Kennedy, si no la cagas mucho, el heroico personal sanitario, el logístico, el del sector primario y hasta los basureros, van a ponerte la gloria en tus manos.- El presidente español adopta un tono de épica sentimental, pretendiendo imitar a Churchill y Kennedy, pero no es concreto ante las preguntas de los periodistas que son filtradas por los equipos gubernamentales. ¡Porque los detalles no importan, sólo la épica!

Si lo comparamos con la canciller alemana, vemos un discurso antagónico al de Pedro Sánchez. En el discurso de Merkel no se inmiscuye la épica. Sus palabras, siempre serenas y tranquilizadoras, van orientadas, más bien, a explicar las medidas que va tomando su gobierno, sin tecnicismos, picos, ni curvas. Merkel va al grano. En solo tres minutos ha informado esta tarde sobre la situación en Alemania y en Europa, además de notificar las nuevas medidas tomadas por el gobierno. Para después dejarse interrogar durante más de media hora por los periodistas.
Por su parte Sánchez ofrece unas alocuciones televisivas irrumpiendo en los informativos, con aires de jefe de Estado y que suelen durar casi una hora.
Pero claro, la pobre Merkel no tiene a Iván Redondo como asesor.
Merkel no se refiere al orgullo nacional, no arenga, sino que zanja la cuestión con un escueto «agradecimiento» a la población confinada, al tiempo que, humilde, reconoce errores. «Una de las cosas que hemos aprendido es que debemos conservar la soberanía de los materiales de producción. No debemos depender de China para el abastecimiento de ciertos productos y estamos haciendo grandes pedidos a nuestras propias empresas».
Como he dicho, las grandes crisis suelen ser un instrumento magnífico para encumbrarse en el poder pero, y recalco, “SI NO SE COMENTEN CAGADAS IMPORTANTES”.  Y creo que voy a poder usar no uno sino dos ejemplos en los que la crisis del COVID19 podría tener efectos deletéreos para los líderes de dos países que sí lo están haciendo muy mal. Como ya habréis adivinado, se trata de UK con BoJo the Clown, actualmente ingresado en la UCI por coronavirus, y el elefante Trump, cuya infinita soberbia le protege de infectarse y que junto con el pobre Anthony Fauci, director de the National Institute of Allergy and Infectious Diseases, se asemejan demasiado al Gordo y el Flaco. En estos dos casos, quizá el COVID19 nos bendiga haciéndolos desaparecer, de la escena política, me refiero.

Yo, sin el más mínimo afán de patriotismo histriónico, simplemente quiero reconocer y agradecer, el inmenso heroísmo de todas las personas que están evitando ahora mismo que mi país colapse. ¡Mi eterno agradecimiento a ellos!

domingo, 5 de abril de 2020

Lo que no me mata me hace más noble



Coincido contigo Lluís y yo creo que en mi entrada vengo a decir que nuestra altura ética está muy por debajo de lo que sería deseable para enfrentar los grandes problemas que asolan o acechan a la raza humana. El hecho, triste y constatado, de estar viviendo una época de crisis, de ausencia de ideales, hace que los seres humanos nos movamos como peonzas borrachas que solo buscan satisfacer sus necesidades más carnales y banales. Luchamos con un heroísmo inefable, intentamos dominar una pandemia mortífera, gastamos miles de millones de euros, sacudimos la vida humana en todo el planeta aparentemente por poder volver a tomarnos una caña con el amigo, ir al chiringuito de la playa en verano, ir al cine, o seguir consumiendo la droga materialista que nos satisface los fines de semana. Y yo me pregunto, ¿vale la pena toda esta lucha titánica sólo por recuperar eso? ¿El hostión no es suficiente para pararnos a pensar un poquito y reflexionar si realmente queremos volver a lo de antes del COVID19? ¿Vamos a dejar pasar esta crisis sin obtener ninguna lección de vida? ¿Sin dar un paso hacía un nivel tan solo un poco más elevado? Cuando todo esto pase, ¿ya no recordaremos la solidaridad que ha surgido en nuestras calles durante estos días de zozobra?, ¿no recordaremos los aplausos a los sanitarios y a todos los profesionales que han continuado trabajando para que el país no colapse?, ¿no recordaremos que cuando vienen mal dadas, el Barça-Madrid es una pura anécdota sin importancia? O sea, ¿me queréis decir que todo este coste en vidas humanas, en familias sin ingresos, en destrucción de la sociedad del bienestar, no va a tener ninguna lectura enriquecedora que nos haga ser un poquito mejores? Pues francamente, ¡qué desilusión! ¿Qué necesitamos para salir de esta etapa desalmada y entrar en el siguiente escalón espiritual humano?, ¿la tercera guerra mundial?
Me niego a creer que situaciones como esta no sirvan mínimamente de acicate para replantearnos si es esto lo que queremos en la vida. No digo que se produzca una transformación radical post coronavirus pero sí que esta sea una piedra más en la construcción de un nuevo orden social.
El atentado de las Torres Gemelas y el yihadismo, la crisis financiera del 2008, la crisis sanitaria del COVID-19, el desarrollo imparable de la tecnología, el innegable impacto del ser humano en el entorno natural del planeta, son los ladrillos para la construcción de una nueva humanidad, que necesariamente ha de ser mejor porque si no lo es, el resultado de la ecuación es sencillo: ¡EXTINCIÓN!
La historia ha demostrado que quizá somos la especie con mayor capacidad de adaptación al medio que existe sobre el planeta Tierra, por tanto, por qué he de pensar que ahora no es así. Y por eso creo que en la segunda mitad del S. XXI, nuestros hijos verán el advenimiento de un nuevo ordenamiento social y abandonaremos ya, por fin, esta etapa individualista, sin ideales colectivos, en la que el ser humano se levanta por las mañanas con el único fin de cubrir sus insignificantes necesidades orgánicas y orgásmicas.

sábado, 4 de abril de 2020

Virus, moral, reflexiones y miedos



Supongo que muchos ya os habréis dado cuenta de que no estamos en una época de cambios sino en un cambio de época. ¿Y por qué hablo de un antes y un después de esta pandemia que nos asola? Pues porque el COVID19 nos está obligando a tomar muchas decisiones éticas y muchas más que nos están esperando en el futuro inmediato.
El coronavirus nos enfrenta a la tesitura de decidir cuánto vale la vida de una persona. Tu vida se deprecia con la edad. Eso ya lo sabíamos pero ahora ya es oficial, “¡España está aplicando la eutanasia pasiva!” Si tienes más de 70 años, los médicos no te entuban, así que no ha hecho falta aprobar ninguna ley de eutanasia en el Parlamento, ya la estamos aplicando y me hará mucha gracia si cuando por fin se debata esta ley en las cortes, se levantan las voces puritanas  diciendo que el ser humano no tiene la potestad de decidir entre la vida y la muerte cuando el COVID19 nos ha enseñado que sí, que sí podemos decidir quién vive y quién muere.
A una parte de los humanos, el mundo anglosajón nos parece a veces descarnado, tanto tienes, tanto vales, y de nuevo el impacto de esta plaga nos hace ver que los tiros van por ahí, vamos, que tienen razón. Desde la órbita del gobierno británico no tienen empacho en confesar sin ningún pudor que su gobierno actúa sólo cuando el coste para salvar una vida es inferior a unos 10.000 euros. Si miramos la otra cara de la moneda del mundo anglosajón, la que está al otro lado del Atlántico, sabemos que USA tiene una tradición individualista que se encuentra muy lejos del contrato social europeo. Ante el COVID19 es posible que allí se tomen las primeras decisiones de profundo calado ético y que dividirán fuertemente a la humanidad.
El problema es que nuestra capacidad ética no es proporcional a los retos que tenemos que resolver. El 99% de las acciones humanas nacen del miedo y la indiferencia es una respuesta camuflada del miedo. Cuando todo el mundo intenta salvar su culo, léase el gitaneo con los respiradores, es un síntoma claro de hundimiento. Otro ejemplo, el uso de la propaganda del que está siendo pasto la tasa de mortalidad por el COVID19. Alemania, al más puro estilo Goebbels, quiere que el virus vuelva a llamarse “gripe española” para luego decir que no está de acuerdo en establecer un plan de choque económico comunitario porque la crisis sanitaria es cosa de los países del sur. Comportamiento que para mí no dice mucho sobre la supervivencia futura de la Unión Europea.
Para vislumbrar la magnitud del cambio, sólo pensad que el confinamiento actual alivia el ritmo de contagios pero cuando se levante, no impedirá que te tengas que enfrentar al virus, tú como persona en un duelo a vida o muerte alejado de las estadísticas. Convivir con la incertidumbre es la esencia de la vida pero muchos no lo saben. COVID19 nos lo recuerda y eso seguirá martilleando nuestros cerebros y nuestra economía durante largo tiempo, ¿veis el poder transformador de esta crisis?
Y si hay un cambio es porque algo no funciona y un nuevo modelo va a emerger. Después de la II Guerra Mundial, el capitalismo-liberal podemos decir que se ha impuesto en todo el mundo, ¡si hasta las dictaduras comunistas como China lo han adoptado! Pero este sistema tiene sombras que han ido minando su sostenibilidad en el tiempo. El capitalismo legitima la exacerbación del deseo sin freno y nuestra depredación del planeta. Y desde que el mercado se hizo global, planetario, esta globalización es la manera de barrer la ética de nuestra casa y meterla debajo de la alfombra de otros países más necesitados. Ahí están los envíos masivos de plásticos residuales a India, o incluso China, ahí está la explotación infantil, ahí están la guerras “inhumanas” por el control de los cada vez más escasos recursos naturales…
El siglo XXI no va a ser un siglo de guerras entre izquierda y derecha, entérese señor Pablo Iglesias de que su discurso ya hace mucho que caducó, va a ser un siglo de confrontación entre generaciones de jóvenes y viejos y de la definición de la relación humano-máquina. Esta crisis lo hace evidente, estamos usando las máquinas para superarla pero también las máquinas nos están usando a nosotros para configurar las características de una nueva realidad. Si no sabes cómo funciona el Skype, el Zoom, el trabajar en remoto, etc… estás muerto, lo siento.
Así que, ¡es hora de reflexionar! ¡Por fin hemos podido parar! Bajarnos del tren en una estación y ver a dónde nos dirigíamos. Quien no aproveche esta oportunidad para reflexionar si el camino que llevaba en la vida era el deseado, es gilipollas porque no se volverá presentar una ocasión igual.
Yo miro a mis hijas y veo que todavía no tienen la capacidad de entender que está pasando, y sin embargo, ellas y su generación tendrán la responsabilidad de poner las bases éticas de la vida humana en la segunda mitad del S. XXI.
¡El mundo es de las Gretas, las Saras y las Helenas…!