domingo, 29 de enero de 2012

Annie ya no es una niña

Intrigado y embelesado por la voz española de Rapunzel, la última princesa alzada por Disney al Olimpo de la realeza infantil, me he topado con Annie.

Annie, esa popular huerfanita producto de la imaginación del dibujante Harold Gray que tan acertadamente se encarnó en el musical homónimo de Broadway estrenado en 1977 y la posterior película de John Huston del año 1982. En España, el musical Annie se estrenó en 1981, pero qué tiene que ver Annie con Rapunzel. Pues bien, comparten la misma voz, la voz prestada por Carmen Pascual, actriz de doblaje y cantante desde su más tierna infancia.

Después de la versión de Carmen Pascual en 1981, el musical se repuso en España por dos veces más, una en el año 2000 y otra en el 2010. Y ha sido al cruzar el puente temporal que une la versión de Carmen Pascual con la del cambio de milenio, casi 20 años después, que me he dado cuenta de que Annie ya no es una niña y de que la sociedad española tampoco lo es.

Esto me ha quedado manifiesto escuchando el tema central del musical, “Mañana”, y como este futuro inmediato ha adquirido tintes peyorativos en la impaciente sociedad actual.

Annie canta al mañana como símbolo de la esperanza y repositorio de la ilusión, como la necesaria perspectiva temporal que hace pequeños nuestros problemas del hoy, y así dice “si tú tienes fe, mañana hallarás a todos tus problemas solución”. Hoy tenemos un gran problema pero “qué te apuestas tú a que mañana sale el sol”.

Sin embargo, “mañana” ya no es solución para la sociedad actual, lo queremos todo para ayer y nos imaginamos que “mañana” posiblemente todo irá a peor.

“Mañana” convertido en símbolo de la inoperancia de los países que no hace tanto tiempo sabían vivir el hoy. Hijos naturales de la procrastinación, nos han aleccionado desde pequeñitos hacia una visión deficitaria e impaciente del mundo: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.

En pleno siglo XXI, luchamos con fuerza contra el cliché “en España todo es para mañana”, así que Annie, no puedes esperar hasta mañana.

En otro orden de cosas, ha habido otro tema de la recién nacida Annie de 1981 que me ha chocado. No he podido evitar dibujar una sonrisa al escuchar a las huérfanas cantando con voz angelical eso de “¡Esta vida es criminal! Sin comer, hay que barrer. Sin dormir, hay que fregar. ¡Esto es criminal!... Las palizas ni siquiera te hacen daño…”

¡Qué cantidad de palabras políticamente incorrectas por centímetro lineal! Annie, debes cuidar tu vocabulario. He respirado con alivio al comprobar que la Annie universitaria, 20 años más tarde, ya había sido aleccionada y había moderado su vocabulario cambiando el título de la misma canción por el de “Esta vida no es vivir” y nada de palizas, que en la versión del año 2000 se han esfumado, porque ahora no se le puede levantar la mano a un niño.

En fin, Annie ahora ha formado su propia familia y pronto tendrá hijos que nacerán con aquella candidez infantil gracias a la cual, Annie podrá hablarles de nuevo del “mañana” con ilusión y esperanza.

Carmen Pascual (Rapunzel) en 2011

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