domingo, 25 de agosto de 2019

Libre albedrío



Continúo estos días enfrascado en el campo de la ontología y de cómo veo yo la esencia de las cosas. Como ya he comentado en ocasiones anteriores, para mí, la realidad es la expresión de la infinita riqueza de matices que pueden ser informados por el SER. Dicho en otras palabras, el magma esencial cristaliza en infinitos detalles que pueden ser observados en la realidad física y que, como si fueran vasos comunicantes, conectan al SER esencial indiferenciado con la variopinta realidad.
Me interesa ahora el devenir de las cosas, el transcurso y la evolución de la realidad. ¿Existe el libre albedrío o el futuro consiste simplemente en la lectura al pie de la letra de una partitura determinista de la que no nos podemos desviar?
Intentaré responder a esta pregunta, obviando lo mucho que ya se ha pensado y dicho sobre este tema, es decir, siguiendo un razonamiento personal.
Desde mi punto de vista, sí existe el libre albedrío pero solo en el plano de la realidad física. Con esto quiero decir que si transcendemos mentalmente hacia el SER esencial, veremos que este no tiene libre albedrío, ni tampoco está sujeto al determinismo. El SER único, indiferenciado y esencial es todo potencialidad, todas las posibilidades están contempladas en él, todas las decisiones pueden ser, todos los planes previamente prefijados también quedan incluidos. Es la variedad de matices que nos ofrece la realidad física, la que nos permite elegir que camino queremos tomar (libre albedrío). Sin embargo, cuando esos matices diferenciales son transcendidos por una esencia superior que los supera y los engloba, la posibilidad de elegir se desdibuja, ya no existen opciones diferentes, ni caminos diferentes entre los que podamos decantarnos, desaparece el libre albedrío y también desaparece la posibilidad de un plan maestro (determinismo) porque todos los planes están englobados y son igualmente posibles.
Por eso yo no creo en entidades espirituales con conciencias diferenciadas, pienso que si abandonamos el plano físico, desaparece la individualidad para fusionarnos con el magma esencial del SER. Por eso no creo en la existencia de fantasmas, ni espíritus, ni ángeles, ni ángeles díscolos que se rebelan contra Dios (o sea, demonios), ni seres de luz, ni apariciones marianas. La individualidad y la conciencia de uno mismo sólo se dan en el plano físico, no la contemplo en el plano espiritual.
En el plano espiritual, no hay libre albedrío para que un ángel tome el camino de rebelarse contra Dios y otros por el contrario permanezcan a su diestra ensalzando su gloria. No hay libre albedrío para que existan espíritus malignos en contraposición a otros que son bondadosos, ya que esas son cualidades que se dan meramente en el plano físico y están fuertemente condicionadas por el juicio del observador.
Asimismo, como corolario de lo anterior, estoy diciendo que, desde mi punto de vista, no existe la vida después de la muerte, entendida como que yo sigo siendo consciente de mí mismo y pululo por ahí como una entidad inmaterial, con alguna capacidad de decidir mínimamente sobre algo que me afecte.
No sé, quizá estoy tentando demasiado a mi suerte y, solo para quitarme la razón, esta misma noche se me aparezca un espíritu visitante de mi alcoba que no me deje dormir. Si sucede, prometo volver cabizbajo a mi blog para anunciaros qué no entiendo nada.

1 comentario:

carles p dijo...

Joan,

El libre albedrío, el determinismo ... son realidades mentales fruto de la fragmentación del SER del que hablas en tu post.
Lo que describes es un proceso que los orientales llaman despertar y los occidentales ya no saben como llamar.
Te recomiendo la lectura -paciente y desapegada- de los textos de Krishnamurti. Tienes muchos videos en YoTube, como: https://www.youtube.com/watch?v=UdFwMjCJf2w

Un abrazo
Carles