domingo, 28 de julio de 2019

Liberalismo tecnológico



Desde la caída del antiguo régimen y el advenimiento del liberalismo con la Revolución Francesa, este sistema de organización social nos ha permitido alcanzar las mayores cotas de libertad jamás soñadas por el ser humano.
El liberalismo es la tierra de las oportunidades, la meritocrácia, tanto vales, tanto te esfuerzas, tanto tienes. Es este liberalismo, el que permitió a un corso que hablaba mal francés como Napoleón llegar a proclamarse emperador de la recién fundada República francesa. Es el mismo liberalismo que despachó definitivamente la dialéctica siervo-amo y puso en nuestras manos, quizá no en las de todos, las herramientas para medrar, para progresar hasta que tu valentía, tu inteligencia y tu cuerpo aguanten.
Si a este loable modo de vida adicionamos el libre albedrio que nos proporciona la post-modernidad (vaya, creo que como le pasa a mi amigo Carles, estoy cayendo en las redes de este sugerente concepto) se reconstituye un coctel formidable, y me explico. Como he dicho antes, el liberalismo nos permite progresar, ascender socialmente, romper la esclavitud de los autoritarismos de cualquier índole pero para ello necesitamos herramientas. Y cuando hablo de herramientas, me refiero al acceso al conocimiento: ir a la escuela, tener acceso a TODO tipo de libros, huir de lo políticamente correcto, blindar la libertad de expresión, entender que pasa a nuestro alrededor,  poder pensar por nuestra cuenta. EL ACCESO AL CONOCIMIENTO ES EL PILAR CENTRAL DEL LIBERALISMO. Yo afirmo aquí, que la única autoridad que reconozco es la sabiduría. Ni la política, ni la mala política (tejemenejes subrepticios), ni la democracia, ni el sufragio universal que actualmente está totalmente sodomizado por la propaganda y la demagogia de la posverdad. Votamos con el corazón, con las tripas, a nadie le interesa el pasado (la historia), ni el futuro (evaluación razonada de las posibilidades de éxito o fracaso). Por eso las campañas electorales son un puro teatro de la farsa, son basura vacía.
Seguimos avanzado en mi razonamiento. ¿Os habéis dado cuenta de que actualmente todos tenemos en el bolsillo una grandísima parte del saber humano de todos los tiempos? Se llama teléfono móvil, se llama internet. Así, que podemos concluir que ahora tenemos al alcance de la mano la herramienta total, la herramienta más vigorosa al servicio de la libertad, la herramienta que puede actuar como fulminante sensacional de nuestro potencial personal ya sin barreras que han sido demolidas por el liberalismo.
Precisamente por eso, me da mucha pena el uso muy de mínimos que hacemos de esa formidable herramienta que es internet. Ese comportamiento adolescente que encuentro en personas teóricamente maduras por su edad, de 30, 40, 50 años, y qué coño, en mí mismo, que en las redes sociales se manejan como niños, con fotitos monas, sus likes correspondientes, memes y memeces y demás pamemas en general. Volviendo a usar el término post-modernidad, quizá ese comportamiento infantil es fácil de entender si no tienes ningún objetivo en la vida, más que la propia autocomplaciencia y el narcisismo egocéntrico.
¿Para qué aprender?¿para llegar a dónde? Al ser el MERCADO quien impone la moral, no hay ideales más elevados que hacerse millonario y el liberalismo se pervierte y pierde gran parte de su bondad como concepto.
Señores por favor, no dejemos de aprender nunca, AHORA ES MUY FÁCIL, si no quieres leer porque la era Gutenberg ya pasó, ponte videos de Youtube que también enseñan de todo. Solo tienes que tener la precaución de no caer en el engaño, en el sesgo, y pon especial atención a separar el grano de la paja, porque hay que reconocer que paja en internet hay mucha.
Sigamos construyendo nuestra consciencia personal, por falta de medios no será.

1 comentario:

carles p dijo...

Joan,

Coincido contigo en muchos de los puntos. El liberalismo democrático solo se puede basar en el conocimiento, ya que solo éste permite las comparaciones. Esta maravilla que es la web (en formas y contenidos) nos pone gran parte del conocimiento en el bolsillo. Pero todo gran invento tiene un doble filo. La web también es capaz de someternos e idiotizarnos como nunca se habia visto antes. Ayer mismo descubrí un canal de YouTube que es un filón precioso: Intellectual Deep Web. Te lo recomiendo!

Un abrazo
Carles