En
este post me gustaría hablar del papel de la mujer dentro del género de las películas
de terror y más en concreto en aquellas que hay monstruo encerrado. Para ello,
me voy a apoyar en la cartelería correspondiente ya que considero que los
carteles de las películas resumen a las mil maravillas el espíritu que intenta
transmitir la cinta.
Básicamente
podemos distinguir 3 papeles principales, siendo el de víctima indefensa el más
habitual.
Así, la mujer puede aparecer como novia o señora
de monstruo mostrándose como una criatura un poco más refinada que su
partenaire masculino pero igual de despiadada. El ejemplo clásico sería “La
novia de Frankenstein”, película de 1935 en la que ella no se muestra especialmente
receptiva con su tortolito enamorado.
“La novia de Frankenstein (1935)”
No se
sabe muy bien como el galán Karloff lo consiguió al final pero en 1958, el
nieto del Dr. Victor Frankenstein se ocupó de perpetuar la estirpe y construyó
y reanimó a la hija de Frankestein.
“La hija de Frankenstein (1958)”
Incluso
puede llegar a darse una cierta relación amorosa entre los monstruos de
distinto sexo, lo cual nos haría pensar que la procreación de monstruitos ha
estado más de una vez en la torcida imaginación de los guionistas. Al final,
todo el mundo entiende que todo bicho viviente o… muerto (¿debería decir
muriente?) tiene derecho a formar una familia y educar a sus hijos en el
ambiente más propicio a su condición, que en el caso de los monstruos será
necesariamente marginal. El ejemplo más claro de vida familiar monstruosa sería
el encarnado por la “Familia Addams” que reúne en una sola familia el top 5 de
los mitos monstruosos.
El
caso del conde Drácula había de ser distinto. Él, un refinado galán, muy
discreto y caballeroso, se merecía todo un harem. Así, seguro que no se quedará
sin propagar su estirpe y Dios (o el demonio…) le bendecirá con algún vástago
que no se hará mucho de rogar. En este cartel de 1960, lo vemos orgulloso
mostrando a su familia numerosa.
“Las novias de Drácula (1960)”
Aquí
os presento a su hermosa descendencia en esta película de 1936.
Y por
supuesto no podía faltar el varón como podemos ver en esta película
estadounidense de 1943.
No me
gustaría olvidar una verdadera relación amorosa como la protagonizada por King
Kong y la bella señorita Ann Darrow. Los humanos no entienden que la llama del
amor ha prendido en el interior del gran primate que incluso se deja matar por
ella. El gran dios Kong cae por culpa de unas faldas mostrando que el amor es
la fuerza más poderosa de la naturaleza (1933).
“King Kong (1933)”
Otro
ejemplo de amor más allá de la muerte es el protagonizado por el Dr. Bill
Cortner que no acepta la pérdida de su novia Jan Compton. Esta muere decapitada
en un accidente automovilístico y el buen doctor decide recoger la cabeza y
mantenerla viva en una bandeja llena de líquido, lo que nos indica con claridad
donde se encuentra la esencia de la persona. Por supuesto, esto sólo es una
solución temporal y pronto el doctor Cortner pasa a la fase dos, que consiste
en dotar a su amada de un nuevo cuerpo. Cortner decide cometer asesinatos para
obtener un cuerpo al cual adjuntar la cabeza de su prometida en contra de la
voluntad de ella que sólo desea morir en paz. Finalmente, la benevolencia de la
cabeza se impone a las ínfulas creadoras del doctor permitiendo que la muerte
cobre su tributo.
“The
brain that wouldn’t die (1962)”
No hay comentarios:
Publicar un comentario