sábado, 15 de noviembre de 2025

QUÉ NO ME SORPRENDA LA MUERTE

 


Qué no me sorprenda la muerte

estando en mi cama inerte,

qué no me sorprenda la muerte.

Qué no me sorprenda la muerte

a cobijo o buscando albergue,

qué no me sorprenda la muerte.

Qué no me sorprenda la muerte

sin haber venido a verte,

qué no me sorprenda la muerte.

Qué ya la esperaré yo

en cerros y despoblados,

bordeando riscos y acantilados,

o mirando el tapiz oscuro

del cielo estrellado.

Si la muerte me busca,

qué no me busque en mi casa

con la voluntad postrada,

porque no me encontrará,

ni le entregaré el alma rendida

sin lucha, ni pelea,

a vida o muerte.

Si has de encontrarme muerte,

búscame en el desierto agreste

o en lo profundo del bosque,

búscame en el rio

o en una gota de rocío,

búscame defendiendo causas

y revoluciones,

que allí estaré,

fiel a mis convicciones.

Con cada amanecer,

estoy más lejos de ti,

corro hacia la vida,

miro hacia el sol,

y en su calor encuentro

la fuerza del Ser.

Pero si, pese a todo,

 llegó mi hora,

qué no me sorprenda la muerte.

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