NORMAL. Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano. (RAE)
¡Por Dios
que aburrimiento! Antes de conocer algo que es normal, ya lo conocemos por previsible y repetitivo que es. La
palabra normal es el antónimo más
preciso de la palabra creatividad. La normalidad
es aquello que no brilla, que es por tanto gris, que no dice nada nuevo ya que
su esencia está toda dicha con anterioridad, lo normal es algo en lo que no merece la pena que perdamos el tiempo
ya que su consideración nos va a producir un crecimiento igual a cero.
Lo normal es la media alejada de los
extremos, ni chicha ni llimoná, es lo que no toma partido, lo que se mantiene
neutral, la actitud bobalicona que no tiene opinión ni criterio, la oveja que
lucha por mantenerse bien escondida dentro del rebaño, el miedo a reivindicar
la identidad individual, el miedo a mostrar la diferencia camuflándose en el mono
tono del tapete de realidad sobre el que los no normales destacan y crean filigranas vivenciales.
¡YO NO QUIERO SER
NORMAL!
PARAGUAS. Utensilio
portátil para resguardarse de la lluvia, compuesto de un eje y de un varillaje
cubierto de tela u otro material, que puede extenderse y plegarse. (RAE)
No hay objeto que
represente mejor la condición de urbanita desconectado de la Naturaleza que el
paraguas. Caen 4 gotas y ¡ay, qué me mojo!
Y qué pasa si nos
mojamos, ¿se nos deshace el peinado?, ¿ensuciamos nuestras zapatillas de marca?
¿se nos empañan las gafas? ¿o pillamos un resfriado?
Pobrecitos
aquellos que nunca han saboreado el sabor de la lluvia, ni gozado con el olor a
tierra mojada, ni saltado sobre los charcos…
En la vida hay
que mojarse, no se puede ir por ahí con un escudo a modo de barrera que nos
protege de todo lo que no nos gusta. Cuanto más nos encerramos en nuestra
burbuja, cuanto más abrimos el paraguas, más nos desconectamos de la vida, de
la Naturaleza, de la autenticidad, de la plenitud. Cómo vas a apreciar lo que
te gusta si no pruebas lo que te disgusta.
Camina sin miedo
por la vida y si hay tormenta, pues a mojarse toca y si te parte un rayo, da
gracias de no haber muerto como un pusilánime mirón que ve la lluvia a través
de los visillos.
ALBARÁN. Nota de
entrega que firma la persona que recibe una mercancía. (RAE)
Un albarán es un
diploma a la desconfianza que se usa en una compra-venta en diferido. Consiste
en entregar una mercancía, un bien, a cambio de una promesa y que por esa misma
razón tiene la misma validez que corresponde al compromiso de la persona que lo
firma.
Odio la palabra
albarán porque se basa en la desconfianza que campa a sus anchas en la sociedad
capitalista que rige nuestras vidas y en la que la ausencia de valores morales
hace necesario firmar albaranes.
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