jueves, 2 de octubre de 2008

Miedo a la página en blanco


En primer lugar me gustaría comenzar este blog con una declaración de intenciones.
En el título he querido recoger, en la medida de lo posible, el ánimo que me lleva a compartir mis pensamientos sobre determinados temas de la vida cotidiana.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “Humilladero” como lugar devoto que suele haber a la entrada o salida de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o una imagen. De ahí, el nombre de la madrileña plaza que se encontraba cerca de una de las puertas de la ciudad correspondientes a la Muralla Cristiana, la llamada Puerta de Moros.
Pero aparte de este significado, digamos funcional, existen otras dos acepciones que me han llevado a elegir este nombre. La primera proviene del latín “humilde-humildad”, que es la virtud que más valoro en el ser humano y con ella me propongo desarrollar este blog. La segunda hace referencia a la frase “llevar al humilladero”, en el sentido de exponer públicamente y juzgar con la autoridad que nos confiere el sentido común y el raciocinio humano, las situaciones y experiencias que nos va proporcionando el transcurrir de la vida.

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