A una semana escasa de las elecciones europeas, me
encuentro asistiendo atónito al espectáculo de la democracia.
A duras penas salen mensajes claros de las bocas de
los parlanchines políticos que vuelven a repetir las mismas generalidades
grandilocuentes de siempre sobre la construcción europea.
Uno se siente agredido en sus más internos fueros cuando
escucha como los cargantes políticos rellenan minutos de televisión con la
verborrea habitual mientras al fondo se observa el destello de los dientes de
la bestia que reina y gobierna en el este mundo, el capitalismo más descarnado
y sangrante que haya conocido la historia.
Dicen las mismas generalidades de siempre, las
mismas que hace 20 años y que no digo que no se hayan llevado a cabo con más o
menos fortuna, pero seguir repitiendo lo mismo después de ver como el lobo
enseña los dientes... O estos candidatos a eurodiputados no han visto al lobo,
o no han visto sus dientes, o no viven en este planeta, o simplemente
desempeñan su papel en el teatro de la democracia para ganarse el pan de cada
día y algo más.
Una Europa que se ha visto sacudida y vapuleada
hasta casi la ruptura, se encara hacia una nueva legislatura con la misma gente
mentalmente agotada de siempre, haciendo como si nada, no habiendo aprendido
nada, no sea que vayamos a destapar la caja de los truenos. Si la población se
encuentra adormilada y podemos continuar con el chiringuito para qué
molestarnos en cambiar, procurad no dar golpes fuertes sobre los atriles de los
mítines no sea que los ciudadanos vayan a despertar y la liemos.
Cómo retar a esta realidad supranacional que
llamamos Europa, si no somos capaces ni de retar los usos y leyes de nuestro
propio país. ¿Quién será el primero en decir que esto no funciona? ¾se preguntan los
políticos, y ellos mismos se responden con el tengamos la fiesta en paz, sobre
todo en hora de elecciones. No sea que vayamos a desatar la “Primavera europea”
y los tan traídos y llevados pobres y parados se levanten contra el señor don
Dinero que es el que realmente dicta las normas del juego en Europa y fuera de
ella.
En Europa tropezamos con la misma piedra que en
España, es decir, esta crisis económica no se resuelve sólo con medidas
económicas, es necesario tomar medidas políticas y aquellos territorios capaces
de tomarlas serán los primeros en plantarle cara a la crisis. España no es uno
de esos territorios con capacidad política para afrontar la crisis, ni Europa
tampoco lo es por la misma razón que España, DESUNIÓN y diversidad de criterios.
No parece que se vayan a tomar medidas valientes
que nos hagan progresar, enfrentarnos a las fuentes de financiación y retar
moralmente a la tiranía del dinero.
Sólo nos queda jugar al teatro de la democracia y
hacer ver que en esta Europa del siglo XXI la libertad está por encima de todo,
cuando en realidad hay un tirano impersonal (por eso no nos damos cuenta) que
nos tiene puesta la bota encima del cuello.
Creo que el próximo domingo 25 no voy a comprar la
entrada para esta función teatral llamada Europa.