Cuando dentro de miles de años “alguien” estudie la civilización que ocupó el planeta Tierra en el periodo alrededor del segundo milenio D.C., qué creéis que encontrará como elemento definitorio y más representativo de aquellos habitantes terrestres. Será algo que perdurará a lo largo del tiempo, que debido a su ingente cantidad se erigirá como la huella más importante dejada por los humanos en el planeta Tierra. Algo, que no es otra cosa, más que
La arqueología del futuro tendrá mucho que ver con los procesos que actualmente llevamos a cabo en los vertederos y plantas de reciclado de basura, atendiendo al producto principal, por su cantidad, producido por la civilización actual. Quizá los arqueólogos del futuro se verán obligados a cambiar el nombre de su especialidad por arqueobasureros o simplemente por basureros.
Pero el fenómeno de transformación de materias naturales en material sintético desechable y tóxico, es decir basura, es tan significativo y se produce a una escala de tal magnitud, que no sólo será estudiado por antropólogos y arqueólogos sino también por los geólogos del mañana. Sí, queridos conciudadanos, ya somos capaces de crear nuevos continentes, territorios ignotos todavía por descubrir. Si Colón partiera ahora de España en dirección al Nuevo Mundo, posiblemente estaríamos llamando América a una enorme isla basura que flota en el Atlántico entre las Islas Bermudas y las Azores. Ha sido bautizada con el romántico nombre de North Atlantic Garbage Patch y se están enviando expediciones de hombres tan bravos y temerarios como los que acompañaban a Colón para intentar cartografiar este nuevo territorio robado al mar.
Lo curioso, es que ya en el año 1997, el regatista Charles J. Moore, al que deberíamos conceder el título de “Gran Descubridor”, descubrió otro nuevo continente de 2 veces el tamaño del estado de Texas, al grito de ¡Basura! Este nuevo continente fue bautizado con el nombre de Great Pacific Garbage Patch y si sigue creciendo a buen ritmo, quizá algún día nos permitirá ir caminando desde California hasta Japón, lo cual seguro tendrá un efecto muy beneficioso sobre el aumento de las relaciones comerciales entre ambos países.
Sobre lo que no estoy tan seguro es de quien reclamará la soberanía sobre estos nuevos territorios. Quizá así puedan convertirse en republicas independientes desde el principio, sin tener que sufrir las penurias del colonialismo. Y cómo llamaríamos a sus habitantes, ¿basureros, basuranos, basuroles… traperos? Si son listos, seguro que montarían grandes plantas de reprocesado y nos volverían a vender lo que hemos tirado a la basura, lo cual bien mirado les concedería el título de comunidad ecológica. Volviendo a la antropología, en esta sociedad se eliminaría el desagradable hábito de salir a tirar la basura y coger frío por la noche, la basura se dejaría simplemente donde es generada para mayor gloria de la emergente nación. De hecho se eliminaría el concepto de “residuo”, no tiene sentido en un lugar así. Serían también los mayores productores de metano, como fuente inagotable de energía, por lo que supongo que al final acabaríamos cobrándoles por la basura que tiramos. A nivel cultural, se crearía un inmenso collage cultural que aglutinaría todas las culturas del planeta pero en su versión subproducto marginal, es decir, serian gentes que vivirían permanentemente en la vanguardia artística, por lo que también serían grandes exportadores de arte.
En cuanto a su estatus económico, creo que sería un claro ejemplo de paraíso fiscal, ya que no serían necesarios los impuestos: cuanto más deteriorado y asqueroso estuviera todo, mejor. Su moneda, el Tapón de PVC, siempre estaría sometida a una fuerte devaluación respecto al dólar, el euro o el yuan para favorecer las exportaciones. Aunque el país sería aconfensional todos reconocerían como patrón a Diógenes. Su Servicio de Inteligencia sabotearía las instalaciones de energías renovables y nuevos materiales no derivados del petróleo.
Quizá serían los ancestros de los arqueobasureros que he mencionado al principio, es decir, la estirpe humana superviviente.
Podéis ver a Charles J. Moore presentando su descubrimiento aquí:
1 comentario:
Hola, Joan.
Me ha encantado tu artículo, sobretodo tus soluciones al problema (official currency: tapón de PVC!). Ahí es donde me gustaría aportar mi granito de arena: si nos volviéramos coprófagos, cual cierto tipo de gusanos, ¿no sería la solución definitiva? No estamos tan lejos de ello, que de mierda que nos echan por la tele ya casi no podemos tragar más... aunque en este caso se haría bueno el dicho del maestro Pietro "nos vamos a la mierda, y lo peor es que no habrá mierda para todos!"
Un abrazo,
lluís
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